20 de junio de 2016. A las afueras de Túnez. 05:43 AM.
Tafat
—Como está la preparación de las tropas. —Digo por el micrófono integrado en el carro.
Afuera
del MRAP se cierne la penumbra sobre las arenas que frías se
encuentran. La mayoría de soldados se encuentran listos, esperando en su
respectivo vehículo las órdenes que les llevaran a teñir las arenas con
hemoglobina humana.
—Tres minutos para estar completos.
—Perfecto, mantente preparado.
— ¡Si señor!
Acerco
mis manos a la radio y cambio la frecuencia, produce una leve estática
que desaparece al momento, acomodo los audífonos y el micrófono para
luego aclarar un poco mi voz.
—Damas y
Caballeros, en estos cuatro meses todos hemos sufrido por la pérdida de
alguna persona querida, todos hemos llorado últimamente y por eso,
quiero agradecerles que se encuentren aquí, hoy lucharemos por nuestra
libertad, por caminar sin miedo en vuestra propia casa, por las calles,
¡Por donde les de la puta gana! ¡Y para que eso suceda debemos
acabarlos! —Hago una pausa y tomo una larga bocanada de aire. —Hoy
muchos de vosotros no lo lograreis, se que tienen miedo a morir, yo
tengo miedo a morir pero, ¡Si no luchamos ahora! ¡Después no tendremos
otra oportunidad! ¡Luchen conmigo! —Los motores comienzan a rugir con
furia. — ¡Destruyen a esos malditos!
20 de junio de 2016. A las afueras de Túnez. 05:50 AM.
Rachid
— ¡Vamos! —Grito con fuerza apenas la comandante termina de hablar. — ¡Hoy vamos a ganar!
El
helicóptero de doble hélice comienza a elevarse con rapidez mientras
que la compuerta se cierra, quedamos en la total oscuridad y a los
segundos se encienden unas luces blancas que me dejan ver a mis
compañeros de armas. Solo somos veinte en este vagón infernal.
—Señoras
y señores, ¿Quién de ustedes tiene tanto miedo como para cagarse en los
pantalones? —Dice Anir, nuestro jefe de patrulla.
Siete
levantan la mano, incluyéndome. A pesar de que quiero luchar no me
puedo quitar esta sensación a peligro, de que algo no está bien.
—eso
es muy bueno porque cuando suceda, apunten a los que tengan delante.
—Dice Anir riendo, pareciera que quiere calmar los ánimos.
—
¿Y qué haremos después, cuando estemos en tierra? —Pregunta Ahar un
poco dudoso. Esta sentado e inclinado, mirándose sus manos que están
cubiertas por los gruesos guantes.
—Es verdad, aparte de tomar el terreno ¿Qué haremos? —Replica Adán.
El es un tipo de mediana edad, de cuerpo alto y grueso con algunas
canas en su negro cabello, dándole un toque duro, como si ya hubiera
peleado en muchas batallas pero apenas lleva algunas.
—solo
nos apegaremos al plan, tomarlo todo y asegurar el perímetro. —Dice
Anir mirando una pequeña foto. —Y ahora manténganse callados.
La sensación de que algo de agobio se incrementa a cada segundo, estamos en un momento de paz que solo es imaginario, es irreal.
—Diez para P.A. —Se escucha decir al piloto a través del altavoz.
Rasco
mí cuello con agresividad, es un mal hábito de cuando estoy nervioso. Y
de los otros, en algunos se nota lo tenso que está pero en otros, no
hay rastro algunos de miedo y otra emoción.
—Rachid, cálmate o serás un hombre muerto y esos no sirven. —Me dice Anir.
—Es fácil decirlo.
—Somos Cazadores, entrenamos desde que nos iniciamos para esto, los militares pueden tener miedo, nosotros no, sin ofender.
—No pasa nada. —Dice uno de los soldados que tiene dos rayas negras en su mejilla derecho.
—A mí sí me molesto. —Replica otro que está a su lado y tiene dos rayas en su mejilla izquierda.
—Entonces te callas.
—Oblígame.
—Cabron.
—Mamon.
—Cállense los dos. —Les reprime Anir con una gran sonrisa en su rostro.
— ¡señor, si señor! —Dicen los dos de forma descoordinada.
—Seis minutos para llegar a zona de aterrizaje, prepárense para el ataque enemigo y buena suerte señores. —Dice la copiloto.
— ¡Ya habéis escuchado! ¡Levanten el culo y arréglense su traje que el baile esta por empezar!
20 de junio de 2016. A las afueras de Túnez. 06:10 AM.
Anir
Retiro
el cargador del arma y compruebo la munición, lo vuelvo a poner con
fuerza para que no se desprenda, muevo el cerrojo y le quito el seguro.
Arreglo el chaleco de kevlar color arena y me agarro de uno de los
fierros de seguridad, todos los demás hacen exactamente lo mismo.
— ¡Están listos!
— ¡Señor, si señor! —Gritan todos.
— ¡Agarraos a lo que sea! —Grita el copiloto.
El
Helicóptero comienza a moverse con brusquedad. El sonido de múltiples
explosiones se escucha tan fuerte que me causa un gran malestar en el
oído. La compuerta se abre y por allí veo a otro helicóptero que se
mueve con rapidez hacia la derecha e izquierda, esperando que le
ataquen. Un misil con una velocidad abrumante roza la compuerta, dejando
un notable rastro de humo tras de sí.
La puerta de la cabina se abre con fuerza y golpea la pared.
— ¡Pasando a la comunicación abierta! —Grita el copiloto con rapidez y fuerza.
Inmediatamente
puedo escuchar lo que dicen los otros pilotos a través de mí auricular:
“¡Estamos bajo fuego intenso!” “¡Desplegando!” y otras cosas.
Ya
llegamos a la ciudad, ya puedo ver casas allí abajo. Una explosión
ocurre sobre el otro helicóptero y este empieza a girar de manera
incontrolable mientras cae envuelto en llamas.
—
¡Estamos cayendo! ¡No...! —Exclama alguien. No es muy agradable ver y
saber las últimas palabras de alguien, sus palabras de terror y pánico.
Una explosión muy cerca hace que me tambalee y de repente siento que mis pies se hacen más ligeros por un momento.
— ¡El segundo rotor dejo de funcionar! —Grita el piloto con terror.
El helicóptero comienza a tomar fuerza en un carrusel endemoniado.
— ¡Agarraos a lo que sea!
En
uno de los giros caiga al suelo pero con dirección a la compuerta
aunque alguien me toma con fuerza el brazo, quedo mirando el otro
extremo, frente a mí, un Cazador americano tiene agarrado por la mano a
un soldado pero de forma casi instantánea ambos salen expulsados con un
grito de horror. El impacto lo estremeció todo.
20 de junio de 2016. Túnez. 06:19 AM
Rachid
—Hey
¡Hey! ¡Vamos! —Alguien me da palmadas en la mejilla, todo es borroso.
—, Sigues de una pieza, levántate. —Me fijo más, Anir está en frente y
escucho una explosión. —Vamos, tenemos que seguir antes de que lleguen
equipos de búsqueda enemigos.
Me levanto apenas,
tambaleándome. Estamos dentro de un edificio y otros del equipo están
mirando por las ventanas. La parte trasera quedo incrustada dentro de la
habitación y un pesado y negro humo.
—Recuento de personal. —Dice Anir frente a dos soldados.
—Hemos
perdido a cinco, los dos pilotos murieron en el impacto, otros dos
salieron por inercia y el C.R (Cazador) Varo tiene fracturas en ambos
brazos y facial.
—Mierda… bueno, movámonos, no podemos quedarnos atrás y el punto de encuentro no debería estar lejos.
Los
15 pasamos por la habitación, por la ventana se aprecia otro mundo muy
contrario a la calma de esta pieza, disparos, explosiones, cadáveres en
el piso, aviones a ras de suelo, helicópteros, el sonido que se crea es
infernal.
—Ahora, a la calle. —Dice Anir.
— ¿Y el herido señor? —Dice un soldado.
—Quédate con él.
—Sí señor.
Salimos del edificio con rapidez y nos pusimos detrás de unos autos, todo sirve de cobertura.
—A todas las unidades, refuerzos en camino, avión de soporte en veinte. —Escucho por mi auricular.
Seguimos caminando a lo largo de la calle por unos cinco minutos, es muy extraño y además puedo oír los disparos a lo lejos.
— ¡Emboscada!
Desde
las ventanas nos están acribillando, corro contra una pared y me quedo
detrás, me asomo y comienzo a disparar de donde provienen los disparos
— ¡Nos están masacrando, encuentren una salida!
— ¡Por aquí!
Al otro lado de la calle, un Cazador esta contra una puerta, este le dispara y se abre con un estrepitoso sonido.
— ¡Corran!
A
pesar de los disparos que vienen contra mí, voy a toda velocidad,
algunos me rozan y se destruyen al contacto con el piso. Cuando estoy
casi adentro me caigo de cara al piso pero alguien me agarra con fuerza y
me arrastra al interior, miro por la puerta, seis que hace algunos
segundos estaban caminando con nosotros ahora se encuentran tirados en
un charco de sangre.
— ¡está vivo! —Grita un soldado apuntando a uno de los caídos.
Se arrastra con dificultad mientras estira una mano en señal de ayuda pero, una lluvia de municiones cae encima de él.
—Tenemos que seguir.
—Sí señor. —Decimos todos.
De
todos los que éramos inicialmente, en apenas unos minutos ya perdimos
ha trece, solo quedamos tres soldados y cuatro cazadores, esta operación
ya se jodio.
—Vamos, revisa la próxima sala.
Un soldado se acerca y la abre. —Sala limpia. —Todos empezamos a entrar y repetimos el proceso cuatro veces más.
En la última puerta que abrimos dio salida a un largo pasillo pero este, esta al exterior.
—Temp, a la ventana. —Dice Anir al Cazador. —y tu Rachid, procedimiento contra francotirador.
Me
acerco al pórtico de la puerta, me saco el casco y lo coloco en el
cañón de mí arma, lo acerco al exterior y acto seguido, recibe un
disparo que hace que caiga.
—Francotirador, edificio gris, cuarta planta, segunda ventana, tiene permiso para disparar. —Dice Anir.
Temp apunta y dispara. —Esta abatido, buen disparo, sigamos.
Empezamos a correr por el pasillo hasta el final, otra puerta.
—Zero, ábrela.
—Sí señor.
Golpea
la manilla con la culata de su arma pero no se abre, le dispara y a
penas entra, cae al piso con múltiples agujeros en su cabeza, pedazos de
corteza cerebral quedan esparcidos.
— ¡Cegadora! —Grita un soldado y lanza una granada, un sonido fuerte y una luz ocurren dentro.
Corremos
al interior y disparamos contra ellos, algunos vasos de cristal
estallan en pedazos y la pared se llena de agujeros, todos ellos caen al
piso. Avanzamos y bajamos a la calle nuevamente, pasamos corriendo a
otro edificio y nos aseguramos en un gran bar.
—Aseguren el área. —Dice Anir.
Bloqueamos las puertas con los muebles aledaños y nos quedamos detrás de las ventanas, esperando, pasan veinte minutos.
—A
todas las unidades, AC-130 entrando en espacio aéreo y unidad blindada
entrando por tierra, reagrúpense en punto de encuentro, madre fuera.
—Escucharon señores, nos vamos.
Sacamos los muebles y al abrir la puerta, la cerramos de golpe, un batallón entero con blindados, esos no son aliados.
—A
todos los escuadrones, ángel de la muerte en espera, nos dijeron que
necesitan ayuda, no podemos ayudar a todas las patrullas a la vez así
que tendrán que esperar un minuto aproximado, fuera.
—Aquí patrulla tres, blindados a 100 metros, pedimos apoyo.
—Esta de suerte, estamos pasando por su zona, disparando.
Muchas
explosiones empezaron a ocurrir, volvimos a abrir la puerta y solo
quedaron cuerpos tirados en el piso y tanques en llamas.
—Enemigos eliminados, gracias.
—Recibido, pasando a la siguiente zona, estará sin apoyo un tiempo, fuera.
De
esta forma, seguimos pasando por la ciudad, tomándola de vuelta, pero
las bajas sufridas fueron devastadoras, en las tres horas siguientes
Temp fue acribillado y otro soldado también.
Aun no nos hemos podido reunir con otras patrullas.
—
¡Aquí Tafat! ¡Todo el mundo diríjase a un lugar abierto! ¡Nos retiramos
de la ciudad! ¡Tienen diez minutos! —Escucho a la comandante por el
comunicador.
— ¡Que ocurre Tafat! ¡No podemos retirarnos ahora! ¡Las muertes de nuestros hombres serán en vano! —Grita Anir por el micrófono.
—
¡A todas las unidades, múltiples ojivas han sido lanzadas a su
ubicación, si no salen serán hombres muertos! ¡Helicópteros arriban en
siete, no pierdan tiempo!
— ¡Vamos! —Grita Anir.
Salimos
corriendo sin precaución alguna, vimos hostiles a lo lejos pero no nos
intereso, ¿Por qué disparan a sus propias tropas?
—Aquí
U.M.I.A, patrulla tres diríjase al cuatrocientos metros, se encontrara
con la patrulla cinco, enciendan bengalas y esperen extracción. —Se
escucha una voz un poco sintetizada.
Corrimos
con toda nuestra fuerza, algunos nos disparan y destrozaban el piso, en
apenas cinco minutos llegamos a pesar de todo el equipo que llevamos
encima. Los otros ya están ahí con algunas bengalas en el piso, emanado
humo negro. A lo lejos pero a gran velocidad se acercan los helicópteros
que luego se separan en distintas direcciones.
—Aquí
negro 1, tienen treinta segundos cuando aterricemos o no estaremos a
una distancia de seguridad. —Dice el piloto por el micrófono.
— ¡Recibido!
El
helicóptero llego y corrimos al interior, algunos disparos llegaron
contra nosotros pero no nos dieron, me acerco a un asiento y me sujeto
con un cinturón, me volteo a la ventanilla y veo los misiles surcando el
cielo, dejando una estela tras de sí.
— ¡El tiempo era incorrecto! —Grita el piloto. — ¡Prepárense para el impacto!
—Que dios se apiade de nosotros.
20 de junio de 2016. Base madre. 13:19 PM
Tafat
—Señores,
hoy a las diez de la mañana, doscientas micro ojivas impactaron en
Túnez, las bajas se estiman en diez millones incluyendo nuestros
efectivos… Se detecto el lanzamiento de ojivas desde el océano índico,
cerca de Australia, Fin del informe.
—Señorita, su mando se pondrá en lista negra por ahora, retírese.
—Sí señor.