Cree en ti mismo,
nuestra fortaleza nace de nuestra debilidad.
(Ralph Waldo Emerson)
25 de junio de 2016. Antofagasta, chile. 10:03
PM.
Jack
— ¿Por qué tengo
que quedarme aquí? –Pregunta Kiara cabizbaja.
—Tengo que
ayudar y es muy peligroso para ti.
— ¡Pero yo puedo
ayudar! –Réplica algo enojada. -¡Yo también puedo hacer cosas!
—Entonces cuida
a los demás. –Señalo a los demás niños de la habitación. –Pueden necesitar
ayuda.
—Pero si ellos
no necesitan nada.
—Entonces es una
apuesta. –Le digo parándome. -, Si nadie necesita nada tu ganas pero si alguno
necesita algo yo gano.
— ¡Sí! –Dice entusiasmada.
—Anótalo en esta
libreta.
—Ya… pero si
esta es tuya.
—Sí, cuídala por
mí y no hagas locuras.
Su pequeña
cara se ilumina de emoción. Después de dejarla en esta bodega-pieza en donde
hay otros niños, que en su mayoría no sobrepasan los diez años, me dirijo al
entrenamiento voluntario, del cual ahora no me puedo retirar.
Apenas me
demoro unos cuantos minutos en llegar a la cancha que seguramente la habrían
usado para jugar futbol en meses pasado al inicio de esto.
Los
militares nos hicieron formarnos en una fila y luego empezaron a decir el mismo
discurso que ya he escuchado antes: “Gracias por estar aquí a pesar de la
situación, pero gracias a ustedes nos ayudaran a terminar con esta guerra sin
sentido”. Sé que solo trata de aumentarnos el ánimo pero no lo encuentro
necesario. Realizamos múltiples ejercicios físicos y para mí sorpresa, no me
canso con facilidad a pesar de los extenuantes periodos de acondicionamientos
físicos aunque otros no lo soportan, y eso les hace terminar vertiendo todo lo que
comieron fuera de sus estómagos en una sinfonía repulsiva para cualquier oído
presente.
Cuando ya
son las dos de la tarde, nos dan dos horas libres para descansar y comer.
Aprovecho de ir hacia el lugar en donde se encuentra Kiara, por el recorrido
noto que las cantidades de gente han bajado de manera considerable, aunque no
es de sorprender ya que algunos han muerto y otros se han largado a donde se
les dé la gana, seguramente se llevaron algún auto de la ciudad y se fueron a
sus respectivas ciudades. Era cuestión de tiempo.
Cuando ya
me falta poco para llegar a mí destino, busco e ingreso a un baño de una casa
aledaña, me alegra que esté limpio y en buenas condiciones, debería decir
excelentes condiciones, aunque lo que más me sorprende es que las matrices y
desagües de agua sigan funcionando después de todo este tiempo, no me demoro
mucho y vuelvo a salir a la calle, a caminar los últimos metros.
Para entrar
en la bodega tengo que pasar por un pasillo de ladrillos color crema aunque el
piso se encuentra negro por la suciedad. La luz entra por uno de los pórticos
que está en la pared derecha. El amplio lugar volvió a estar frente a mis ojos,
busco con la mirada a Kiara pero no la puedo encontrar. Me acerco a una de las
cuantas personas y les pregunto uno por uno pero nadie sabe. Veo una persona de
cara ya muy familiar y me acerco, otros niños están a su alrededor.
— ¡Ah! Esa niña,
quería ir al baño y fue con mí compañero por seguridad. –Responde la chica. -,
no te preocupes, no debe tardar en volver.
—Gracias. –Le
respondo más calmado.
Le
agradezco nuevamente y me apoyo la pared más cercana, esperando a su regreso.
Después la veo entrar por el pórtico acompañado por un hombre y ella apenas me
ve, corre directo hacia mí.
— ¿Y cómo te fue
en tu búsqueda? –Le pregunto apenas la abrazo. Ella solo mira el piso. -¿Gane,
verdad?
—Si… -Responde
entre feliz y triste.
— ¿Lo puedo ver?
Ella
asiente y me entrega la libreta con una
sonrisa en su cara. Al mirar el interior, noto que varias páginas están
escritas, leo una por una y veo de todos los tipos de peticiones, desde
infantiles hasta los que te tocan el corazón, algunos quieren comer algo
diferente y satisfactorio mientras que otros quieren ver a algún familiar que
lamentablemente no está con ellos.
— ¿puedo ir a
ver lo que hacías? –Pregunta Kiara con curiosidad.
—No lo creo…
—No creo que le
haga ningún daño. –Dice otra persona, al verlo me doy cuenta de que es uno de
mis compañeros. –Solo son ejercicios y además estará rodeada de personas
fuertes.
— ¿Puedo?
–Pregunta Kiara indecisa.
—Está bien. –Le
respondo desganado. –Vamos.
Cuando
regreso a la cancha, lo primero que hago es hablar con el militar a cargo que
está descansando. En un rato nos pusimos de acuerdo y ella ya se puede quedar
cerca. Con el sol en lo alto iluminándolo todo y su cálida sonrisa me hace
olvidar todo lo malo.
Cuando
llega el tiempo, empezamos nuevamente los acondicionamientos físicos e incluso
Kiara se nos une.
25 de junio de 2016. Antofagasta, chile. 16:13
PM.
Nathan
—No puede salir,
aun no se encuentra recuperado.
—No tengo tiempo
para estar aquí.
— ¡Por favor,
quédese en la cama! –Dice la enfermera preocupada.
—No. –Le replico
ya con furia. –No me quedare aquí.
A pesar de
las heridas y las personas que me quieren impedir que salga, sigo tratando de
salir.
—Haga el favor
de hacernos el trabajo más fácil. –Dice un enfermero alto de piel morena.
—hazme el favor de apartarte. –Le digo encarándolo. –Me alegrarías el
día.
—Si tanto te quieres ir, ahí tienes la salida.
Me indica la salida y yo solo agradezco en mi interior que se rindieran.
Me acerco a una taquilla y saco lo que me pertenece, ropa y otras cosas. En el
baño de la habitación me pongo mi vestuario teniendo cuidado de que las vendas
no se salgan, por lo menos debo agradecerles por la curación. Salgo al pasillo
pero no me puedo ubicar en este lugar, lo único que hago es seguir por el largo
pasillo. En un momento, veo un plano de este lugar, es un hospital y me
encuentro en el segundo piso. Voy hasta donde estaban indicadas las escaleras y
allí están, no me demoro mucho en salir y la luz me sega un poco. Otra vez me
pongo a caminar sin rumbo alguno, a medio camino me percato que los puestos
militares están más abiertos, ya me puedo largar. A medida que me acerco, veo
algunas fotos repartidas por las paredes, seguramente de las personas que
perecieron. A medida que camino las observo con detenimiento y bajo ellas, veo
una mochila tirada, la tomo y sigo.
— ¿Dónde vas? –Escucho la voz de una fémina a mi espalda, la reconozco.
—Me largo. –Le respondo imponiéndome. -¿O se te ocurre otra cosa?
— ¿Por qué odias tanto? –Pregunta “Red”. Me giro y le miro la cara pero
siento que no vale la pena, la ignoro y sigo mi camino.
Me toma el hombro y me gira a la fuerza aunque inmediatamente la quito.
— ¿¡De que huyes!? –Su insistencia ya me está hartando.
—Deja de seguirme.
—No hasta que te
ayude. –Dice insistente.
— ¡Tu eres un
puto militar! –Le grito enojado. -¡No confiare en ninguno!
—Técnicamente…
no lo soy.
—Mis ojos dicen
algo diferente. –Ella me mira molesta y yo sigo caminando.
— ¿Qué tienes
contra ellos?
—Nada que te
importe.
— ¿Por qué no
dejas que te ayude? –Pregunta con una voz ya algo triste.
—Nadie podrá
arreglar lo que sucedió. –Le respondo lo que siempre está en mis pensamientos.
—Ya veo, si
tanto te quieres ir, allí está la salida. –Dice apuntando la calle.
25 de junio de 2016. Antofagasta, chile. 16:43
PM.
Red
A medida que se aleja, yo desengancho la radio de mí pantalón. Me da
un poco de pena no poder hacerle cambiar pero lo mejor será que este bajo mi
vista. Cambio la frecuencia del comunicador y lo acerco a mí boca.
—Aquí Red, necesito un dron de seguimiento. –El ya casi se pierde en
la calle.
—Dron enviado a tu posición, llega en 30.
—Gracias UMI. –Veo al aparato volando en el cielo. – ¿Te acuerdas del
crio del cual te hable?
—Afirmativo. –Dice una voz sintetizada pero femenina.
—Se ha marchado por la zona este, síguelo y mantenme informada, no
quiero que se meta en problemas.
—A la orden.
— ¿UMI? ¿Acaso tienes desactivado el software de personalidad?
—Afirmativo.
—Actívalo de una vez.
— ¡Ya lo hice! –El tono de voz cambio a uno más alegre y no tan
robótico.
—Gracias por la ayuda y no lo olvides, no puede pasar ningún peligro.
Al igual que los otros.
— ¡Lo hare! No te preocupes, lo tendré todo bajo control.
Retiro la radio y miro el cielo, es un hermoso día. Miro al mar y veo
el portaaviones, donde seguramente nos iremos en unos días.
25 de junio de 2016. Antofagasta, chile. 16:47
PM.
U.M.I.A
Dron en movimiento a sujeto prioritario: Nathan Robastien Melinas -Genero:
Hombre-Edad: 20 –Datos otros: Ninguno.
Batalla marítima en atlántico: Enviando Dron de ataque desde la costa.
Fuerza aérea española en confrontación: No es posible enviar ayuda.
Contrabandistas y fuerzas militares brasileñas se han unido en un
contraataque masivo contra fuerzas hostiles.
La situación de Venezuela ha caído en picada, población civil
masacrada en grandes proporciones y gran parte del país está sin control
alguno.
Colombia dividido en dos bloques de influencia: Oeste está en una
situación estable aunque a duras penas, la zona este está en guerra total
Rusia ha recibido múltiples ataques relámpago: Objetivos sin
identificar.
(Recibiendo señal entrante, lugar: Japón. Activando línea segura.
— ¡Aquí Kitsune ichi! ¡Esos cabrones no nos dejan descansar!
—Marquen objetivos por laser, portaaviones aliada en distancia
cercana.
— ¡Gracias UMI!
Mandando orden de ayuda a portaaviones aliado, 46 pilotos sin
asignación.
—Pasada relámpago en minuto treinta. –Cambiando a vista satelital, catapulta lanzada.)
Patrulla espectro entro en combate contra soldados insurgentes
estadounidenses, el personal enemigo ha sido despachado y han recuperado el
arma de destrucción masiva, la han llevado a la sede numero tres para su
desarme.
Se ha perdido control sobre gran cantidad de Europa, se han movilizado
grandes cantidades de pelotones militares en conjunto a cazadores del área para
retomar zonas perdidas.
Los satélites han captado a un francotirador no identificado que ha
estado abatiendo personal enemigo aunque cuando civiles o unidades militares
aliadas se acercan a la zona, este se esconde.
Los sujetos 108 y 106 se han desplegado.
China ha desplegado una flota marítima y tratan de retomar las costas
aledañas.
La guerra civil en Siria ha parado, insurgentes y militantes se han
unido. Los cazadores de la zona se han retirado del país.
Múltiples enfrentamientos se desarrollan ahora.
—Ese es el informe de momento, general.
—Muy bien. –Dice el general.-, ¿cómo va la infección de servidores y satélites?
—Muchas conexiones se encuentran caídas, las que funcionan están casi
totalmente tomadas aunque un hackeo no
identificado a destruido parte de las conexiones existentes.
—Sigue tomando el control, si esto termina podremos vigilar
mundialmente.
—Sí señor.
—Ah! Y otra cosa, se ha tenido alguna noticia del sujeto 101.
—Desde su desaparición en marzo, no se ha sabido absolutamente nada
más aunque se recibió el canal de su radio por un minuto, desde entonces las
noticias sobre él han sido cero.
—Avísame apenas se sepa de él.
—Se me olvido otra cosa, la
edad me gana. ¿Se ha encontrado algún rastro de la cuarta puerta?
—Negativo.
—Agh, bueno, vuelve a tus acciones diarias, gracias.
—Adiós, general.
— ¡Señor, perdón por no ejecutar su orden pero debo informarle: Múltiples
tropas no identificadas en transportes aéreos se están movilizando a orden
mundial!
— ¡Informa a las patrullas y toma el mando en las peores situaciones!
No hay comentarios:
Publicar un comentario